Insomnio



Nuevos estudios neurocientíficos realizados con resonancia magnética revelan que la falta de sueño reduce la capacidad de ciertas regiones del cerebro humano encargadas de tomar decisiones con respecto a la comida que consumimos. Esto podría explicar la estrecha relación entre el insomnio y la obesidad.

En los experimentos, científicos del Laboratorio de Sueño y Neuroimagen de la Universidad de California (EE UU) estudiaron el comportamiento de 33 adultos sanos después de una noche de sueño normal y tras haber pasado gran parte de una noche en vela. En ambas sesiones les mostraron distintos alimentos mientras escaneaban su cerebro para determinar cuáles les apetecían más. Así fue como Stephanie Greer y sus colegas comprobaron que el lóbulo frontal, que controla el comportamiento y toma decisiones, entre ellas seleccionar la comida, funciona "peor" cuando no dormimos bien, lo que nos impide reunir la información necesaria para decidir qué comida es más saludable. Como consecuencia, los sujetos privados de sueño durante el experimento escogían alimentos menos sanos, más grasos y también menos sabrosos.
¿No son los centros relacionados con el placer y la recompensa los que hacen que comamos peor cuando no descansamos, sino el cerebro racional, que no procesa todas las señales para tomar decisiones 'sabias'?, aclara Greer, que ha dado a conocer los resultados en el congreso de la Academia Americana de Medicina del Sueño SLEEP 2012.

Tener problemas para conciliar el sueño es más común de lo que se cree. De lo que no se tenía evidencia hasta el momento es de que quienes sufren de insomnio tienen tres veces más posibilidades de sufrir una insuficiencia cardiaca. Esta es la conclusión a la que llega un estudio recientemente publicado por la revista European Heart Journal.

Los autores de esta investigación le hicieron seguimiento a las rutinas de sueño de 54.279 personas con edades entre los 20 y los 89 años durante 11 años. 

Pese a que el estudio fue riguroso y profundo las conclusiones aún no son definitivas ni evidencian que haya una relación directa, sin embargo, sí apuntan a establecer que hay mayores riesgos de desarrollar problemas en el corazón en personas con malos hábitos de sueño.

“Observamos que las personas que afirmaban tener dificultades para conciliar y mantener el sueño y que además no se levantaban por la mañana descansados (es decir, no tenían un sueño reparador) tenían tres veces más posibilidades de desarrollar insuficiencia cardiaca”, afirma Lars Laugsand, investigador principal del trabajo y miembro del Departamento de Salud Pública de la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología.

Aunque la causa la relación entre insomnio y males en el corazón no está del todo clara se cree que tiene que ver con que "el insomnio puede estimular un tipo de hormonas (como la adrenalina) que hacen trabajar más al corazón, suben la presión arterial y el consumo de oxígeno por parte del músculo cardiaco. (…) La alteración de los transmisores implicados en el sueño acaban desarrollando insuficiencia cardiaca”, afirman los doctores especialistas Asín Cardiel y Julián Villacastín.


Enfermedades asociadas al insomnio:
 
 Enfermedades cardiovasculares. Un estudio de 2010 firmado por investigadores de la Escuela de Medicina de West Virginia, y publicado en el diario especializado Sleep revisó los hábitos de sueño de 30.397 personas, y descubrieron que aquellos que dormían menos de siete horas cada noche tenían un riesgo mayor de infarto de miocardio. Las mujeres menores de 60 años que dormían cinco horas diarias o menos tenían un riesgo doblado de desarrollar una enfermedad cardiovascular.

Diabetes. Las personas que padecen diabetes tipo 2 y tienen un sueño de poca calidad ven aumentados hasta en un 9% sus niveles de glucosa en sangre, y un 43% los niveles de resistencia a la insulina. Los diabéticos con insomnio crónico todavía tienen indicadores peores, pues sus niveles de Resistencia a la insulina pueden ser hasta un 82% superiores a los de los pacientes con unos ritmos normales de sueño.

Problemas urinarios . La Asociación Americana de Urología presentó los resultados de una investigación realizada en New England Institute que revisó los datos de 4.145 mujeres, y que revelaron que tras cinco años de carencia de sueño (dormir menos de cinco horas diarias) las mujeres incrementaban el riesgo de nocturia (necesidad de despertarse durante la noche para orinar), otras se convertían en incontinentes. Los investigadores creen que la falta de sueño causa inflamación, lo cual produce, a su vez, problemas urinarios.



Consejos para combatir el insomnio:
 
- No intente dormirse si no tiene sueño. Hay varias cosas que puede hacer para relajar su cuerpo antes de intentar obligarse a sí mismo a dormir, lo cual es peor que permanecer despierto un poco más y aprovechar ese tiempo para lograr la relajación y la calma tanto física como mental.
- Tome en cuenta las características de la habitación en que pretende dormir. Evitando la luz, temperaturas excesivas, falta de aire y cualesquiera otros detalles que puedan interrumpir su descanso.
- Evite aquellas bebidas y sustancias que son estimulantes, por lo menos poco antes de irse a la cama.
- Tampoco es recomendable intentar dormir inmediatamente después de haber hecho una comida muy pesada, así como tratar de hacerlo con hambre o sed.
- Realizar ejercicio físico al menos seis horas antes de ir a la cama es una alternativa para tratar el insomnio. No obstante se debe evitar hacer ejercicio vigoroso o intenso durante la noche, especialmente si piensa ir a dormir de inmediato porque puede agravar el problema.
- No beba mucha agua antes de irse a la cama, de esta forma evitará despertarse durante el transcurso de la noche con la necesidad de ir al baño.
Otras medidas también favorables al sueño:
- Tome una infusión caliente de tilo, valeriana o un vaso de leche caliente.
- Dedique unos minutos a relajarse. Respire pausadamente y relaje sus músculos, poco a poco se sentirá más calmado y su cuerpo más dispuesto a dormir, así como su mente a descansar.
- Tome un baño tibio antes de meterse a la cama.
- Evada pensamientos preocupantes, piense que podrá resolver mejor sus problemas o dudas luego de una buena noche de descanso y tranquilidad.
- Leer un poco antes de acostarse,  ayuda a movilizar su mente hacia otros pensamientos y a relajarse, incentivando la llegada del sueño.
- Evite ponerse en el ordenador en las últimas horas de la noche.
También muchas técnicas de meditación, así como prácticas alternativas, son un excelente soporte para lograr la relajación y tener un mayor control de nuestras circunstancias y de nosotros mismos.

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