Como hacer menos traumático el primer día de colegio



El primer día de colegio representa la primera separación entre la mamá y el niño. Sin embargo, algunas están ya acostumbradas a acompañar al pequeño a la guardería, por lo que el primer día de colegio sólo representa el inicio de una nueva etapa. Los niños de tres años ya conocen las reglas, aunque ante nuestros ojos parezcan retoños: quizás, no nos lo parezca, pero son capaces de desenvolverse en una situación social. Probablemente, los padres que llevaron a sus hijos a la guardería en su momento afrontarán mejor la situación.
Sin embargo, para quienes han disfrutado siempre de la presencia del niño en casa, será todo un reto. La angustia de los padres se manifiesta con miles de dudas: ¿Le gustará la comida del colegio? ¿Los compañeros compartirán juegos con él? ¿Y si llora todo el rato? Sin embargo, los padres deben evitar caer en la sobreprotección y entender que el niño estará bien en el colegio.
Los preparativos para el inicio del colegio 

• A los tres años, el niño aún no tiene definido el sentido del tiempo: por lo tanto, no entiende frases del tipo “dentro de una semana, irás al colegio”.
Sólo entiende ciertas indicaciones temporales, como “después de la comida” o “antes de irte a dormir”. Por esta razón, semanas antes de su “estreno” en el colegio, es conveniente llevarle a conocer el ambiente y enseñarle algunas de las reglas que deberá aplicar en la nueva etapa escolar.
 Por ejemplo, adelantar la hora de irse a dormir representa una gran ayuda: de esta forma, el pequeño irá aceptando, sin demasiadas protestas, el momento de despertarse para ir al colegio. Para ello, conviene que duerma de 8 a 10 horas.

• Positivismo. Hablar del cole en tono positivo. Hacerle ver que ir al cole es divertido, que va a conocer nuevas personas y experiencias, que va a hacer nuevos amigos y va a jugar a cosas nuevas. Nunca decirles las típicas frases de: “Ya verás cuando vayas al cole la que te espera…”

• Es adecuado, también, empezar a introducir horarios de comidas definidos: así, el pequeño estará listo para aceptar la relación comida-sueño que le impondrán en el colegio (primero se come y después se duerme).

Ropa cómoda. Para facilitarles la tarea, es preferible ponerles ropa que a ellos les resulte fácil de subir y bajar: evitar cinturones, optar por pantalones con cintura de goma en lugar de cremalleras…


• Asimismo, hay que prepararle para que controle sus ganas de ir al baño, se limpie los dientes o comunique un malestar o una necesidad. 

• Habituarle a unas normas. El niño debe ser responsable de sus cosas (juguetes ordenados, ropa recogida). No debe interrumpir cuando otra persona hable (sea niño o adulto). No debe levantarse de la mesa hasta que todos hayan acabado…

Practicar su autonomía. Antes de ir al cole, deberían saber quitarse y ponerse los zapatos (el velcro es un buen aliado para los primeros años de cole), beber de un vaso o enroscar y desenroscar el tapón del botellín, abrocharse y desabrocharse los botones, limpiarse el culete… ¡A practicar!  

• Higiene. Debe tener hábitos de higiene interiorizados: lavarse las manos antes de comer, lavarse los dientes después de la comida, tirar de la cadena después de usar el baño…

• Se le debe acostumbrar a estar con otros niños, sobre todo en el caso de que no haya ido a la guardería. De este modo, a su llegada al colegio, estará preparado para vivir situaciones y juegos en los que tendrá que ponerse de acuerdo con sus compañeros.

• Evita dar demasiada importancia a frases como “ahora, ya eres mayor”: el niño puede pensar que crecer es peligroso, porque equivale a separarse y a perder la protección de la familia.

Llega el gran día
Para los niños que no han ido a la guardería, el primer día de colegio será una experiencia totalmente nueva. Y también lo será para sus padres. En este caso pueden aparecer ciertas dificultades, ya que el niño puede llorar ante la separación de sus padres. Si esto ocurre,sólo hay que seguir una serie de recomendaciones que harán que el niño vaya contento a la guardería. Nunca hay que reñirles ni decirles: “mira ese niño qué mayor que no llora”. Hay que dejarles expresar sus sentimientos y ayudarles a que entiendan lo que ocurre. Por ejemplo:”A mi también me gustaría poder quedarme contigo, pero tengo que ir a trabajar; luego estaremos juntos y los dos nos sentiremos mejor”.
Uno de los padres, o los dos, debe acompañarle hasta la puerta del centro. Trata de que llegue de los primeros, así verá aparecer a todos los compañeros y no se sentirá tan observado como si se presentara el último.
Muestra alegría y no alargues el momento de la separación. Debes ser cariñoso y breve, sin excesos, que no parezca que te vas a Siberia durante 6 meses. Si el niño se pone a llorar o gritar, despídete rápidamente de él y sin dramatismos, no montes también tú el numerito, ya que esto afectará más a tu hijo y le hará ponerse peor. Si le haces demasiado caso, aprenderá que con una rabieta consigue zafarse del cole.
No le prometas cosas que no puedes cumplir, como “Voy a aparcar el coche y ahora vuelvo”. Si el niño se siente engañado, confiará menos en ti y le costará más creerse que el colegio es un buen sitio.

Sé muy puntual a la hora de recogerle, no le tengas un rato esperando solo en la puerta del centro. Esto le hará sentirse abandonado y triste. Si al llevarle a casa ves que tiene los ojos rojos de haber llorado durante el día, no le compadezcas. Así sólo conseguirás que siga llorando para que le vayas a rescatar. Coméntale lo bien que se ha portado y lo orgulloso que estás de él, remarcando la suerte que tiene de ir al colegio y poder disfrutar tanto.


Hay que recordar que las primera semanas de cole puede que el niño lo pase un poquito mal; puede experimentar retrocesos en casa (pedir chupete, llamar por la noche, escapes de pis, etcétera). Esta situación es normal, igual que el adulto está nervioso en su primer día de trabajo, el niño también, con la diferencia de que él no sabe controlar los nervios. El niño no controla los conceptos espacio y tiempo, y no son capaces de asimilar que los papás se marchan para luego volver. Por eso, es importante que los papás sigan mostrándose positivos con el colegio y, por supuesto, darles mucho cariño y llevarles al colegio siempre con una sonrisa.

Visto en: Mi bebé y yo, todo papás.

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