Un domingo cualquiera



Son las 5 de la tarde, hace un día precioso fuera, con el sol reflejándose en los cristales de las ventanas del edificio de en frente. Si viviése cerca de un parque, seguro que oiría las risas de los adolescentes y los gritos de los niños, pero como vivo en una callecita tranquila, sin apenas bajos comerciales si quiera, no oigo nada.
Es uno de esos primeros días de primavera que hace sol y se huele el ambiente casi veraniego, y sin embargo yo, aquí estoy, buscando algo con lo que entretenerme en el ordenador, con una vagancia digna de un perezoso. Pero es que a parte, aunque tuviese ganas de hacer algo, ir a dar un paseo o sociabilizar, tengo unas pintas horrorosas. Tengo el pelo indomable, me he puesto un moño alto que parece un nido de ratas y me salen pelillos por todas partes, como si hubiese metido los dedos en el enchufe. Tengo una espinilla del tamaño del Teide en el mentón, y como me dolía mucho cuando me levanté esta mañana, pues me anduve en ella. Y sí, me duele menos, pero ahora tengo un marca rojiza enorme donde antes estaba la espinilla.
Además me he atracado a chuches, como siempre que me aburro y me siento pesada.
Lo peor es que es un aburrimiento de esos de: ¿qué hago? ¿leo un libro? estoy tan aburrida que no me concentro. ¿Veo la tele? Estoy tan aburrida que nada me engancha. ¿Juego a algún videojuego? Estoy tan aburrida que no me llaman la atención. ¿Cómo puede ser que te aburras tanto que no te apetezca hacer nada? ¿No es una paradoja o algo así?
Y cada cinco minutos miro el Facebook, el Twitter, el Instagram, el Bloglovin, el Tumblr y los correos, a ver si hay algo que me entretenga. Es algo así como ir a abrir la nevera una y otra vez sabiendo que nada de lo que hay allí te apetece, pero piensas que la próxima vez que la abras un duendecillo va a haberla llenado de chuches mientras tú volvías al salón...






¿Cómo son vuestros domingos? ¿Sóis perezos@s o sois domingueros?

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