Embarazadas

Hace dos años empecé a tener desarreglos con el periodo, empezó siendo un pequeño retraso, mucha menstruación o menstruaciones más ligeras pero de tono marrón, mucho dolor. Según fueron pasando los meses, cada vez se me retrasaba un poco más. Tenía el síndrome premenstrual cuando tocaba, pero luego se me quitaba y no me bajaba la regla, sólo tenía un hinchazón muy desagradable, tenía la impresión de ser un globo que ya no se puede hinchar más, y por fín días más tarde tenía el periodo. Fuí varias veces al médico de cabecera y al ginecólogo, que después de mirarme por encima, achacaron todo a mi sobrepeso. La verdad es que cada vez que voy al médico, aunque sea por un simple catarro, me dicen que es por el sobrepeso, que tengo que adelgazar. ¡Como si fuera tan fácil!
Investigué por mi cuenta y descubrí que podía ser un problema de hormonas, sin falta de ser la tiróides, así que pedí a mi médico que me hiciese una analítica, sobre todo de progesterona, porque también tenía pensado quedarme embarazada. La cuestión es que cuando fuí a por los resultados, no me dijo nada, se excusó diciendo que dependía mucho del momento del ciclo en el que estuviese, cosa de la cual le informé. Salí de la consulta igual que entré, pero con una copia de la analítica en mis manos.
Cuál fue la sorpresa, cuando descubrí que no sólo no me habían mirado la progesterona, si no que tenía el ácido fólico por los suelos, y sabiendo que me quería quedar embarazada, ¡No me dijo nada!
El ácido fólico es una de las vitaminas del complejo B, que ayuda en el crecimiento de las células y en la producción del ADN. Esta vitamina es especialmente necesaria en la etapa de crecimiento, en la adolescencia y durante el embarazo. La vitamina B9 o ácido fólico juega un papel fundamental en el proceso de la multiplicación celular, por lo tanto, es muy necesaria durante la gestación porque se precisa para la producción de tejidos y para la formación de los órganos del embrión y del feto.
Las consecuencias de tener el ácido fólico bajo van desde dar a luz a un bebé prematuro, con bajo peso al nacer o con defectos de nacimiento en el cerebro (anencefalia, cuando el bebé nace sin cerebro o con sólo parte del mismo, y no puede vivir ), en la columna vertebral (espina bífida, cuando la columna vertebral del bebé no se forma correctamente), y en el labio y palato (labio leporino).
 Tomar ácido fólico es una medida de prevención sencilla y que goza de una eficacia probada. Diversas investigaciones han demostrado que previene en un 78 por ciento la espina bífida en el feto, una patología que afecta al cierre del tubo neural y que puede llegar a ser incapacitante para la persona que la padece. La malformación congénita motivada por un defecto en la formación del tubo neural produce una falta de cierre de los arcos vertebrales posteriores, dejando al descubierto la médula espinal y las meninges. Esta circunstancia puede producirse en las primeras semanas de gestación, antes de que el test de embarazo de positivo. Por tanto, si estás buscando quedarte embarazada, consulta con tu médico y toma ácido fólico. Antes del embarazo, se recomienda tomar suplementos de 0,4 mg de ácido fólico al día, y si ya estás embarazada, unos 6 mg de ácido fólico/día.
¿Por qué a mí no se me informó? ¿Qué clase de medicina se está practicando actualmente que se basa en que cuanta más gente enferma mejor, que así se mueve dinero?
Sí queréis quedaros embarazadas, os recomiendo que os hagáis una analítica tres o cuatro meses antes de que os pongáis a ello y que en base a los resultados, toméis suplementos de ácido fólico, de dietética mejor que de farmacia.

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