Cambio de estilo de vida

Hace muchos meses que no posteo nada, pero es que han cambiado muchas cosas en éste tiempo, un cambio de vida radical.
Debido a la situación económica de mi familia y gracias a un pequeño milagro, hemos pasado de vivir en la ciudad a vivir casi aislados en el campo. Hace cinco meses adquirimos una pequeña finca con una mobil home de treinta metros cuadrados, veinte años encima y tres cristales rajados, con una piscina que hay que arreglar, un gallinero que da pena con tres gallinas, unos cuantos árboles frutales aún pequeños, un prado lleno de cotollas y una huerta a la que le hacía falta mucho acondicionamiento. Con el añadido de que como no podemos mantener un coche, estamos sin transporte, y el bus más cercano está a dos kilómetros, con uno de ellos en cuesta empinada. Para una mujerona como yo, subir esa cuesta cargada con la compra es casi imposible, así que suele encargarse mi marido, y una vez cada 10 días, mis padres vienen a pasar el día y aprovecho para que me bajen a hacer la compra general al pueblo más cercano.
Durante más de dos meses estuve aquí sola, porque mi marido tenía un curso en la ciudad, así que se quedaba allí en casa de su familia y se venía el fin de semana. La verdad es que estaba encantada, porque la mobil home, no me resultó claustrofóbica en ningún momento, a pesar de que anteriormente vivía en un piso que tenía casi el doble de tamaño. La sala de estar tiene mucho espacio para sentarse, y está muy bien aprovechado, porque debajo tiene para almacenar y una cama extraíble, y aunque no hay mesa para comer, la mesa de centro se puede elevar, y para dos personas, es estupendo. Cuando viene gente sacamos una mesa grande plegable y sillas plegables y comemos bajo la sombra de los kiwis. En invierno si vienen a vistitarnos haremos comida tipo buffet. La habitación principal no es muy amplia, y además tiene una cama de 1´50, así que entramos un poco justos, pero tiene un armario de dos puertas y estanterías, y debajo del colchón un canapé. Hay otras dos habitaciones, una es demasiado pequeña para poner una cama de adulto, así que aprovechamos para poner el escritorio, una estantería y un armarito. En la otra habitación, hay una cama individual, pero un poco más alta de lo normal para poder almacenar cajas debajo, y un armarito. La cocina está a lo largo del pasillo. Es difícil pasar dos personas, pero nos apañamos. La cocina de gas y el calentador no funcionaban, así que los sustituímos por una cocina eléctrica portátil de un sólo fogón y el termo por uno eléctrico. ( El gas me daba un poco de miedo en un sitio tan pequeño).
Hizo un tiempo lluvioso casi todos los días durante esos meses, y a mí ese clíma me encanta, así que estuve encantada, aunque no se pudo trabajar mucho fuera de casa. Aunque ahora llevamos dos meses de mucho sol y calor. Por suerte, sale mucho la brisa (estamos cerca del mar) y alivia un poco, porque la mobil home es de chapa y calienta que da gusto.
Adoptamos un perro, un cachorrón que nos tiene locos de amor y que es la alegría de la casa.
Hemos plantado unas lechugas, unos calabacines, unas cebollas, unos pimientos del padrón y unos tomates (que aquí no se dan porque los quema la niebla) y recogerlos ha sido una de las cosas más satisfactorias que he hecho en mi vida. Ahora he plantado en semilleros puerros, brócoli, coliflor, zanahoria, guisantes, berzas.... un montón de cosas, y están saliendo!!
Estamos haciendo un gallinero mejor para tener alguna gallina más y unos pollos, y unas conejeras (algo tenemos que comer a parte de lo vegetal).
Nos habían dejado un gato precioso y muy cariñoso (nos dijeron que no se lo llevaban porque era arisco y no se dejaba coger y a mi me costó dos lonchas de pechuga de pavo para que se subiese a mi regazo y ya no me dejase en paz). Me enamoré de él enseguida, pero a las 3 o 4 semanas, algo se lo llevó, no sabemos si un zorro o un halcón. Así que a parte de la tristeza de su pérdida, a las pocas semanas teníamos plaga de ratas, ratones y topillos. Ahora vamos a adoptar tres gatitos que iban a ser sacrificados y los vamos a tener en el gallinero viejo, al que obviamente le vamos a hacer unas mejoras y acondicionarlo para ellos, para que estén mientras son pequeños para que no se los lleve ningún depredador.
Espero también que podamos arreglar la bomba y la depuradora de la piscina para darnos un baño antes de que llegue el invierno XD
A base de cortar el césped, va mejorando su calidad, las calvas se van rellenando y las cotollas debilitando, aunque todavía no se puede andar descalzo.
Los árboles nos dieron media docena de nísperos, media docena de ciruelas amarillas, media docena de peras, un melocotón, algunos limones, una naranja y los manzanos y los kiwis están cargados.
También habíamos plantado unas frambuesas, y todos los días recogemos un puñado. Y tenían plantadas fresas, que nos dieron a montones. Por un sendero que hay más allá de nuestra casa hay moras riquísimas.
Otra de las maravillas de vivir en el campo son los vecinos. Poco a poco fuimos conociendo a los vecinos de las dos casas más cercanas, y no podíamos haber tenido más suerte. Son amables, divertidos y muy generosos. Aunque no viven aquí permanentemente, nos vemos con la suficiente frecuencia como para cogerles cariño y apreciar todo lo que hacen por nosotros.
En fin, que creo que el cambio ha sido muy positivo. Hemos tenido muchos inconvenientes, pero los vamos superando poco a poco. No tenemos ningún ingreso desde hace tiempo, así que necesitamos poder mantenernos con el fruto del trabajo en la finca, un trabajo duro pero muy gratificante. Estamos aprendiendo mucho, porque no sabemos hacer nada. Nos hemos dado cuenta de lo poco que sabemos de todo!
Poco a poco iré haciendo entradas para contaros con más detalle, por el momento os dejo algunas fotos de la maravillosa vida en el campo.










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